Al igual que hay diferencias que hacen que seamos diferentes físicamente, existen otras diferencias que nos afectan de un modo no detectable a simple la vista. Estas diferencias genéticas provocan, por ejemplo, alteraciones en proteínas, receptores, enzimas, en la actividad metabólica, etc. que pueden afectar al modo en el que respondemos a un determinado entrenamiento, o en asimilar mejor o peor un determinado nutriente.
Por este motivo ofrecemos la posibilidad de realizar un test genético deportivo y de nutrigenómica, ya que nos desvela las diferencias individuales responsables de que cada ser humano sea diferente y único.
De esta forma podemos tener datos sobre qué aspectos de dicha variabilidad genética pueden afectar y condicionar tu entrenamiento; desde el tiempo bajo carga (TUL) más óptimo, la fatigabilidad, el volumen más idóneo de entrenamiento de fuerza, la recuperación, el riesgo de lesión en el tejido conectivo y muscular, el estrés metabólico, la inflamación, la gestión de la hidratación, la gestión de los macronutrientes, cómo afectan ciertos suplementos a nuestro organismo (desde la asimilación de hierro, omega-3, vascularidad, intolerancia lactosa, detoxificación, intolerancia al gluten...) el papel individualizado de la cafeína en el deporte y su asimilación…para poder individualizar a un nivel desconocido hasta el momento el entrenamiento de cada persona.
Mantener la fuerza muscular debería ser imprescindible para todas las personas conforme envejecemos. De esta forma se podría evitar esta epidemia de atrofia muscular y patologías asociadas al sedentarismo.
La genética no determina casi nada, pero lo condiciona casi todo y es clave en el desarrollo del FENOTIPO relacionados con la ADAPTACIONES AL ENTRENAMIENTO DE FUERZA. En SLOWFIT somos pioneros en ofrecerte este tipo de TEST.
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